Por Carlos Noro
Es claro que, desde el Álbum Negro hasta la actualidad, Metallica supo entender que su música ya no podía prescindir de dos elementos claves: de una intensa campaña de marketing que potencie cada lanzamiento y de un concepto visual que acompañe a su música. Cierto es también que los últimos años han desarrollado la relación entre lo musical y lo visual casi como en las mejores épocas de MTV donde, oh casualidad, los liderados por Hetfield y Ulrich comenzaron a entender y a explotar esta cuestión con casi tanto esmero como el destinado a la composición y a las giras mundiales.
En aquel momento, el televisor y el cable era el vehículo para mostrar las imágenes. Quién no recuerda a “Enter Sandman” o “Nothing else matters” sin relacionarlas a su correspondiente video, así como también la sorpresa al ver por primera vez a la banda con pelo corto en “Until it Sleeps” de “Load”. Luego el DVD pareció la mejor manera para mostrar las canciones en vivo del polémico “St. Anger”, basta con hacer memoria y pensar en aquel DVD que acompañaba la edición del disco, donde se veía a Metallica tocando en su “Cuartel”. Aquel polémico disco además abrió la etapa de las incursiones cinematográficas. Primero fue el documental “Some Kind Of Monster”, que relató el difícil proceso de la banda antes de lanzar el mencionado “St. Anger”. Muchos años después, en 2013, llegaría la película Metallica: Through the Never, una ficción un tanto forzada ligada tangencialmente a la música de la banda.
“Hardwire…to Self Destruct”, el antecedente discográfico de “72 seasons”, tuvo un video específico para cada una de las doce canciones del disco, con propuestas bien distintas y con un marcado criterio estético en cada caso. Más cercano en el tiempo, el estreno de “S&M2”, que reunió nuevamente a la banda con una orquesta, tuvo su estreno en cines en 2019, en lo que es el antecedente más directo a esta presentación de “72 seasons”, que incluyó proyecciones en casi todos los lugares del mundo donde la banda a estado.
Sin lugar a dudas presentar un disco en un cine (en este caso la cadena Cinemark Hoyts) es todo un gesto que invita a una escucha atenta de un disco que tiene una duración de 74 minutos, bastante más extenso de lo que suelen ser las grabaciones actuales de bandas de Heavy Metal. Una sala llena, en este caso en el barrio del Abasto, dejó en claro que las expectativas eran muchas en relación a un nuevo lanzamiento de estudio de Metallica luego de siete años.
En este sentido la estructura de la proyección estuvo pensada con el objetivo de presentar cada una de las canciones y, de alguna manera, direccionar la escucha con la intervención de cada integrante, quienes relataron su experiencia en cada una de las canciones. Con testimonios de dos músicos por canción y con una combinación aleatoria, al unir los constantes en cada relato se pudo apreciar la relación de cada integrante con el disco y su manera de involucrarse en el proceso compositivo del mismo.
Veamos:
James Hetfield
El vocalista/guitarrista hizo énfasis en la seriedad del concepto (las difíciles 72 estaciones que alguien pasa hasta llegar a los 18 años en obvia referencia a su propia historia). Luego mencionó en varios momentos el carácter riffero del álbum, relacionándolo fácilmente con otro momentos sonoros de la banda. Y finalmente destacó en varios segmentos la vibra sabbathica, clásica y oscura de las canciones.
Lars Ulrich
El baterista hizo lo contrario: frente a la seriedad de su co-equiper aportó cierto tono irónico (en algunas canciones fue gracioso y otras no tanto) y se encargó de contar cómo funcionan algunas canciones desde el punto de vista percusivo, sin ahondar demasiado más allá de destacar alguna vibra de las canciones.
Kirk Hammett
El siempre relajado guitarrista líder mencionó varias veces el carácter de zapada, que fue su aporte fundamental de las canciones y coincidió varias veces con Hetfield en cuanto al carácter “clásico” de algunas de ellas.
Robert Trujillo
El bajista tuvo intervenciones ligadas a los distintos ambientes que para él generan cada una de las canciones, muchas veces expresando qué se imaginaba a la hora de aportar arreglos, aunque resultó bastante complejo determinar qué concepto de “surf”, “playa” o “funk” percibe en canciones que, por sobre todo, suenan oscuras y pesadas.
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Más allá de que el sonido del cine estuvo un tanto bajo (varios gritaron entre canción y canción que suban el volumen), la sensación envolvente que tiene la sala favoreció fundamentalmente al trabajo de guitarra que tal vez sea lo más destacado desde el punto de vista sonoro del álbum. Esto generó aplausos a veces más respetuosos y otras más efusivos en cada una de las canciones, con una sensación de aprobación al final más allá de que durante la segunda parte del disco hubo momentos donde los asistentes parecieron no estar tan enganchados.
Desde el punto de vista de la propuesta artística, llamó la atención de que esta vez la decisión haya sido que en cada videoclip, un concepto (o más bien una atmósfera) sea lo que los vincule entre sí. Con una suerte de oscuridad abstracta, las imágenes fueron en ciertos momentos caleidoscopios de distintos colores o formas que en la mayoría de los casos fueron latiendo en función de los riffs de cada canción, con grandes momentos que potenciaron las canciones. Por ejemplo, “If Darkness Has a Son”, con una oscuridad a medio camino entre la época del álbum negro, “One” y algo de “Load”. Otras secciones estuvieron bien ligadas desde el punto de vista fílmico a la estética del mencionado “Load” (“Sleepwalk My Life Away” tiene unos primeros planos que parecen sacados directamente de “Until Sleeps”).
Dejando de lado a los cortes de difusión (“72 seasons”, “Lux Aeterna” y “If Darkness has a son”), que tienen videos con la banda tocando, llama la atención que ninguna de las canciones tenga un formato ficcional que relate alguna historia alegórica o explícita ligada a las canciones. En cambio, y a excepción de “Room Of Mirrors” que tiene un extraño video animado (ver arriba), para el resto de las canciones Metallica apostó a imágenes abstractas y desaprovechó las posibilidades que propone el lenguaje cinematográfico. Esto, claro, no tiene relación con la calidad musical de la placa, pero será analizado en el podcast que saldrá este lunes en el Club Jedbangers (N del ed: ¿no tenés tu membresía? Sumate!).
Al igual que al principio de la proyección, el cierre de la proyección tuvo a toda la banda hablando y haciendo algunos chistes entre sí (otra vez Lars como protagonista), con el anuncio final que reveló que en agosto proyectarán en cines dos shows en vivo de la nueva gira. Serán dos fechas continuadas sin repetir ninguna canción entre sí, utilizando el escenario circular que fue usado por Metallica en los ‘90s. Veremos si para esa altura del año ya tendremos la noticia de la banda tocando nuevamente en nuestro país. Ojalá así sea.
